La Diputación Provincial de Pontevedra ignora el recorrido de la vía XX del Itinerario Antonino en un proyecto Interreg para la recuperación de las antiguas vías romanas. La XIX y la XX atravesaban Galicia de norte a sur según el citado Itinerario. El proyecto, denominado Vías Atlánticas, está en su última fase de realización con un coste de 1.670.640 euros, de los que el 4% son aportados por la Diputación de Pontevedra, que lo dirige y gestiona.
l Itinerario Antonino es una recopilación de rutas del Imperio Romano que parece datar de tiempos de Caracalla (siglo III). El documento señala 372 caminos, de los cuales 34 corresponden a la Hispania. Eran las carreteras del Estado, que diríamos hoy. Plinio, Estrabón y otros escritores dieron cuenta de los caminos secundarios o vecinales.
Por Galicia pasaban las vías XIX y XX del Itinerario Antonino. La Diputación de Pontevedra, con el asesoramiento de la Universidad de Santiago, prescinde sin embargo de la XX, denominada per loca marítima, por asociarla a una ruta de navegación que uniría diferentes puertos del noroeste peninsular. Normalmente el Itinerario, cuando quiere referirse a ruta marítima, lo especifica con el término traiectus, mientras que per loca marítima, en todas las referencias, vendría a ser "por la costa". Ahora hay evidencias de que la vía XX pasaba por Vigo, el Vico Spacorum de los romanos.
Raúl Villanueva lo defiende con pasión. La que ha puesto en su vocación por la historia y la arqueología, que el proyecto Vías Atlánticas "traiciona", según cree haber demostrado en El Nuevo Miliario, una publicación especializada en caminería romana.
El Itinerario Antonino no es una "guía de caminos". Más bien parece todo lo contrario. En él las etapas de los caminos son irregulares y con bruscos cambios de dirección, como un permantente reto histórico para sus rastreadores. Raúl Villanueva rebatió en el VIII Congreso Internacional de Caminería Hispánica, celebrado en Pastrana (Guadalajara) en junio del año pasado, la tesis oficial sobre las vías romanas en Galicia.
"A día de hoy ya no existen pruebas mínimamente sólidas que indiquen que por la provincia de Pontevedra pase únicamente la vía XIX", afirma. La tesis oficial remite la traza de la XX a una ruta marítima y, en tierra, la hace coincidir con la de la XIX. "No es cierto. Ambas van totalmente desdobladas desde su nacimiento, en Braga, hasta Lugo, como lo precisa el Itinerario Antonino y se constata en la arqueología de campo", replica Villanueva.
En cada camino del Itinerario se identifican mansiones, correspondencias y millas. Las distancias las mide en millas y, las marítimas, en estadios (un octavo de milla). La vía XX mezcla las dos unidades de medida, y de ahí parten las divergencias. "Si se mide en estadios, el resultado es un absurdo, el que lleva a situar Vico Spacorum (Vigo) al norte del Ulla. Pero si a los estadios se les da la dimensión de las millas, las distancias que señala el Itinerario entre mansiones de la vía XX encaja con exactitud asombrosa", concluye Villanueva.
La relevancia de Vigo en la época romana, aflorada por las excavaciones de los últimos 15 años y que incluyen dos tramos de camino "afirmado", confirmaría la tesis de Villanueva.
Tomado de: http://www.elpais.com/articulo/Galicia/Interreg/ignora/via/romana/Vigo/elpepuespgal/20070409elpgal_13/Tes
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domingo, 17 de febrero de 2008
Brandomil acoge uno de los grandes asentamientos romanos de Galicia
Los arqueólogos detectan evidencias de un núcleo de unas 25 hectáreas que tuvo gran relevancia
Había sospechas, pero ahora son evidencias, o, al menos, indicios muy poderosos: Bajo la superficie de la parroquia de Brandomil, en Zas, esconde uno de los grandes asentamientos romanos de Galicia. Al margen de las grandes ciudades (Lugo, Braga), el núcleo de Brandomil podría equipararse, según el arqueólogo Juan Naveiro López, a los de Brigantium e Iria Flavia, ambos en el actual occidente coruñés. En concreto, en las conclusiones del informe de los trabajos se define como «el núcleo urbano más occidental del área lucense. Sin duda, desde aquí se conectaba con todos los asentamientos costeros del finisterre galaico».
Naveiro es el director de la intervención arqueológica (catas, sondeos, excavaciones) que, a lo largo de dos meses, ha sacado a la luz el pasado de la localidad. Esta intervención ha sido posible gracias al proyecto de cooperación Vías Atlánticas, que en la provincia ha coordinado y gestionado la Diputación de A Coruña, y gestado para sacar a la luz las antiguas vías que atravesaban el noroccidente hispánico.
Ese pasado de Brandomil que ahora sale a la luz revela huellas que datan del siglo I y también del siglo IV (el abanico podría ser incluso más amplio), lo que prueba que el asentamiento se prolongó en el tiempo. La investigación ha permitido delimitar en unas 25 hectáreas la superficie del antiguo núcleo. Ha aparecido una enorme cantidad de material: monedas, cerámicas africanas de diversas épocas; piezas rotas, aunque recuperables, joyas como un anillo de jaspe, vidrios decorados con hilos aplicados...
Pero hay mucho más que materiales. «La arquitectura también muestra estructuras constructivas relevantes, tanto domésticas (pavimentos, puertas, columnas) como públicas (columnata monumental, balneario), además de edificios de carácter religioso o funerario (templete con ara, placas y frontón de mausoleos)», según las consideraciones del informe. Gracias a estos y otros datos, los científicos consideran que, en la antigua Brandomil, pudieron estar establecidos miembros de la Administración imperial.
Además, los trabajos ponen de manifiesto la existencia de un antiguo camino, posible vía romana secundaria, que «fue sin duda fundamental para la conexión con la zona costera, la tierra de los Nerios. Como demuestra el puente medieval, después quedó integrada en el camino de Santiago a Fisterra como una de las principales alternativas.
Ese camino puede verse durante un buen trecho, en el que se han practicado desbroces. La vía pasa por el lugar que en Brandomil conocen como Pedra do Altar, lugar que la memoria histórica ha identificado como zona del «afundimento» del antiguo pueblo, y en el que el hallazgo de restos, incluso en superficie, a lo largo de los siglos, ha sido abrumadora, señala Naveiro en el trabajo que ha presentado en la Diputación.
La mayoría de los sondeos y excavaciones se han realizado en terrenos privados con la autorización de los titulares.
Naveiro es el director de la intervención arqueológica (catas, sondeos, excavaciones) que, a lo largo de dos meses, ha sacado a la luz el pasado de la localidad. Esta intervención ha sido posible gracias al proyecto de cooperación Vías Atlánticas, que en la provincia ha coordinado y gestionado la Diputación de A Coruña, y gestado para sacar a la luz las antiguas vías que atravesaban el noroccidente hispánico.
Ese pasado de Brandomil que ahora sale a la luz revela huellas que datan del siglo I y también del siglo IV (el abanico podría ser incluso más amplio), lo que prueba que el asentamiento se prolongó en el tiempo. La investigación ha permitido delimitar en unas 25 hectáreas la superficie del antiguo núcleo. Ha aparecido una enorme cantidad de material: monedas, cerámicas africanas de diversas épocas; piezas rotas, aunque recuperables, joyas como un anillo de jaspe, vidrios decorados con hilos aplicados...
Pero hay mucho más que materiales. «La arquitectura también muestra estructuras constructivas relevantes, tanto domésticas (pavimentos, puertas, columnas) como públicas (columnata monumental, balneario), además de edificios de carácter religioso o funerario (templete con ara, placas y frontón de mausoleos)», según las consideraciones del informe. Gracias a estos y otros datos, los científicos consideran que, en la antigua Brandomil, pudieron estar establecidos miembros de la Administración imperial.
Además, los trabajos ponen de manifiesto la existencia de un antiguo camino, posible vía romana secundaria, que «fue sin duda fundamental para la conexión con la zona costera, la tierra de los Nerios. Como demuestra el puente medieval, después quedó integrada en el camino de Santiago a Fisterra como una de las principales alternativas.
Ese camino puede verse durante un buen trecho, en el que se han practicado desbroces. La vía pasa por el lugar que en Brandomil conocen como Pedra do Altar, lugar que la memoria histórica ha identificado como zona del «afundimento» del antiguo pueblo, y en el que el hallazgo de restos, incluso en superficie, a lo largo de los siglos, ha sido abrumadora, señala Naveiro en el trabajo que ha presentado en la Diputación.
La mayoría de los sondeos y excavaciones se han realizado en terrenos privados con la autorización de los titulares.
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